febrero 22, 2018
Gente dorsal
Nacidos para ocupar espacio,
nacidos entre el escombro, acostumbrados al piso,
como si la espina dorsal se adheriese al arrastre,
desperdiciando cada gota de sudor en un intento fallido
de hacer cualquier cosa.
Nacidos entre la desesperación de una hormona,
enmohecidos por el desquite de una o dos vidas sin sentido,
nacidos como una metáfora al desencanto, que tomó ojos, brazos y piernas,
de forma que cada momento se reduzca al desplazamiento entre escombros,
apegados al piso, como una membrana en un intento grotesco de convertirse en algo.
Y entre motas de polvo se levantan las formas,
esculpidas por el oscuro tintero de la suciedad, y el desamor,
adheriéndose a cada instante con algún sentido falso,
en sus cuerpos deseosos
de vida...