septiembre 14, 2010

De ti


Haré una carretera donde pasen elefantes, perros, gatos, putas, vagos, viejos.
Escribiré poesía bajo el asfalto; una calle coja de colores estridentes.
Y habrán ruidos, muchos ruidos.

Porque de ti se abren puertas en el piso,
porque de ti entiendo lo que otros no han podido
- y pateas culos filosóficos -

porque de ti empieza mi mundo, un teatro de lomaje-tumorosos,
fuera de actores incompetentes, fuera de tanta sociedad pérfida.
Y sobre todo, porque de ti mis manos se aferran al tiempo -y-
gozo minutos, río horas y escribo siempre.

De ti, de ti brota el arpegio en cualquier acequia, de ti,
de ti una cascada se hace acorde, el viento se hace trémolo,
los ladridos crean flamencos, los sauces tallan diapasones
y de las raíces las partituras. El paso me da el ritmo,
la sonoridad clandestina da un bolero alegro.
El llanto ya no se hace grave, pues mis mejillas se hicieron melódicas,
y el pasado se desdibuja en cada métrica a destiempo.

Y me desaparezco, y no me encuentro, y escribo, y escribo,
y embarazo a la poesía y pare sombras, y las lanzo, las lanzo todas,
y con las frazadas se van a los ríos y se pierden en las líneas
que dan al escritorio, y del escritorio a un abismo.


De ti, de ti... es porque soy.